Entro en un estado que va más allá de estar tirado en la cama sin saber qué hacer, estoy en una realidad tan oscura que me aterra, y no encuentro luces en aquellos lados, ni siquiera fueron capaces de compartir una caja de fósforos, o alguna pequeña vela que sea mi acompañante en éste frío camino. Ahí es cuando empiezo a utilizar mis sentidos, y escucho las voces que dicen que no puedo, que no debo, que no necesito, y huelo ese olor tan repugnante, que revuelve mi estómago cual licuadora, y marea a mi cabeza hasta que ésta pierde noción de lo que sucede. Utilizando mi gusto encuentro lo amargo, un sabor desagradable invade mi paladar, y recorre mi cuerpo. A la hora de utilizar el tacto solo logro sentir algo áspero y frío, muy frío, me congela. Y el camino es tan largo, y no hay ni una luz que quiera guiarme, ni siquiera alguna luciérnaga que se perdió y vaga, al igual que yo. Entonces necesito una compañía, y no la encuentro, y tengo que seguir en esa oscuridad como si tuviese los ojos vendados, y mis sentidos, y lo que siento, no me favorecen, no me hacen sentir bien, probablemente sea un paralelismo psicocósmico entre aquel lugar y yo... pero ¿cómo hacer que desaparezca? si tan solo tuviese una pequeña luz que haya estudiado turismo, para entender de qué hablo y a dónde quiero dirigirme. Pero no es tan fácil como simplemente estudiar una carrera y así comprenderme, ésto va más allá de la silla en la que estamos sentados leyendo ésto, es dentro de mi cabeza, ¿y cómo voy a tener una guía, que haya seguido la carrera de turismo, para mis pensamientos turistas? vagos y cansados.
"Curioso que vivir pueda volverse una pura aceptación", pensó mirando al perro que jadeaba en el suelo, "incluso esta aceptación de no aceptar nada, de irme casi antes de llegar, de matar todo lo que todavía no es capaz de matarme".
viernes, 1 de mayo de 2015
a veces
A veces trato de entender si el problema está en mi o en los demás, y me quedo vagando durante meses en esa duda, y en los momentos en que no quiero acordarme de lo que está sucediendo es cuando más se acerca a mi, esa duda, aquella que me quita el sueño susurrándome innombrables cosas al oído, convenciéndome de errores fatales, controlado mi mente y alma, apoderándose de cada parte de mi ser. Tengo tantas ganas de alejarme que siento que poco a poco me desvanezco, me voy desvaneciendo en la vida de las personas, dejando poco y nada en ellos.